Fragmentar, fracturar, re-configurar la identidad en tránsito. Migrar es perder, en ocasiones renacer, ¿cómo preservar lo que se deja atrás? Ensayo de la migración intenta ser un sistema de expresión sensorial, principalmente audiovisual, que permite una experiencia táctil y espacial. Es interactiva. Con el uso del agua me interesa materializar las evocaciones del migrante, a través de ella me sumerjo en la memoria para llegar a la ensoñación del sueño americano, que a su vez es el espejismo cultural de pueblos enteros. Los frascos provocan una ilusión óptica, almacenando agua sólo como idea, sin contenerla. El agua no existe, sin embargo, la ilusión permanece. El rostro detrás del refugio de vidrio tiene al migrante encapsulado, preservando recuerdos de su lugar y su gente.