SIN FECHA DE CADUCIDAD

Nuestra memoria no tiene fecha de caducidad, es cíclica, viaja, regresa, se extravía; no envejece como nuestros cuerpos, permanece en ocasiones intacta. Quizá algunos recuerdos se hunden, sin embargo, al igual que la verdad, la memoria siempre sale a flote, un sonido, un olor, una chispa que reviven la quimera. Esta serie, Sin fecha de Caducidad,  fue realizada en Buenos Aires, inspirado por un fuerza, es la memoria colectiva de generaciones que se resiste a borrar eventos indignos acontecidos durante la dictadura militar. Fragmento la imagen con espejos que representan trozos de la memoria colectiva, en un sentido poético ofrezco un bálsamo. El sonido es del Río de la Plata como conexión a la identidad del lugar.

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